Conclusiones:

(Tercera parte)
(Tercera parte)
(Segunda parte)
(primera parte)
La tercera alternativa política en la gubernatura de Tlaxcala (PRI-PRD; PRD-PAN; PAN+PRI) en el 2010, significo ejemplo de democracia en el país, pero también el regreso del estilo más autoritario y control político y mediático del priismo.
La segunda alternancia de gobernador en Tlaxcala aun con su minúscula diferencia (menos de 4 mil votos) sorprendió a muchos, no solo en Tlaxcala, más a un en el gobierno federal, así como al panismo nacional. El gobernador neopanista desde la búsqueda de la candidatura contaba con simpatía y apoyo del grupo de Fox-Creel e indiferencia del grupo panista encabezado por Calderón.
El ascenso de la izquierda (PRD) al gobierno estatal en una elección resuelta en la instancia judicial más alta (TEPJF) abría la oportunidad de un gobierno que considerara los avances que les permitieron llegar a Palacio de Gobierno: ampliación de libertad de expresión; mayor transparencia informativa, elecciones sin injerencia gubernamental, etc. Esto no ocurrió y en algunos casos se retrocedió.
Si de alguna forma se debe calificar al gobierno de Álvarez Lima, es el de la transición política para hacer de Tlaxcala una democracia real, donde hubiera competencia, libertad, política, apertura a partidos y candidatos, entre otras.
Del estilo populachero y corrienton del gobierno de Tulio, en Tlaxcala se pasó al de la retórica política y poética efectista en términos de control y gobernabilidad necesaria para una joven gobernante. Por ello no realizo en 5 años ninguna reforma electoral, que sirviera para avanzar en la democracia local.
Por Patricio Lima Gutiérrez.