(NARRADA POR LOS PROTAGONISTAS)

 

Hoy el Baúl de los recuerdos se abre para comentar que la devoción al Corazón de Jesús, por la comunidad cristiana, ha existido desde los primeros tiempos de la iglesia. De ese Corazón nació la iglesia y por ese corazón se abrieron las puertas del cielo.

 

Para la iglesia católica, el Sagrado Corazón de Jesús es la devoción referida al corazón físico de Jesús de Nazaret, como un símbolo de amor divino. Simbólicamente, se refiere a la vida emocional y moral de Jesús, especialmente, a su amor por la humanidad. La iglesia celebra la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, el viernes posterior al segundo domingo de pentecostés.

 

Como todos sabemos, el barrio de Xochicalco forma parte de la Sección Tercera del municipio de Zacatelco. Sus habitantes son gente de bien y de trabajo; apegados a los usos y costumbres de la región. En la iglesia de Xochicalco se venera a la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, para ello, se nombra cada año a los mayordomos, quienes se encargan de realizar la festividad. Antes de 1963, sólo se realizaba una misa y los actos religiosos establecidos.

 

Resulta que en 1963 cinco jóvenes que tenían más o menos 23 años de edad y cuyos nombres eran: Juan Cirio Aguilar, Hildeberto González Díaz, Agustín Flores Ramírez, Juan Morales S. y Emilio Garzón Juárez, se convierten en la comisión organizadora de la primera festividad de la feria de Xochicalco. Es importante aclarar que ellos no eran los mayordomos del Sagrado Corazón de Jesús de aquel año, pero logran organizarse para celebrar la primera feria de Xochicalco.

 

Juan Cirio Aguilar comenta con emoción y orgullo: “El 12 o 13 de mayo de 1963, mis amigos y yo fuimos a la feria de San isidro, en Santo Toribio Xicohtzinco, nos dimos cuenta que a pesar de ser una comunidad pequeña ya realizaban una festividad que presentaba diferentes opciones para divertirse. Al regresar comenzamos a platicar al respecto y alguno de nosotros dijo ¿A poco eso no se puede hacer esto en Xochicalco?  Nos quedamos con esa idea y empezamos a buscar la manera de lograrlo.

 

En esos tiempos el barrio de Xochicalco era una comunidad muy diferente: No había profesionistas, el nivel promedio de estudios difícilmente rebasaba la primaria, unos cuantos afortunados habían asistido a la secundaria, la mayoría de sus habitantes eran campesinos y algunos otros, obreros de las fábricas La Covadonga, La Tlaxcalteca, El valor, La Josefina y algunas otras más que estaban ubicadas en la ciudad de Puebla.

 

 Por otra parte, la plazuela no era del tamaño actual, la ampliación se dio hasta 1968 o 1969. A grandes rasgos este era el escenario que imperaba en Xochicalco. De inmediato nos dimos cuenta que nuestra propuesta tenía poca credibilidad, nos consideraron fuera de nuestros cabales y hubo hasta quien se atrevió  a decir que estábamos locos y que debían encerrarnos en el manicomio en Cholula. Pues imagínense ¿Cómo se nos ocurría pensar en una feria en Xochicalco? Eso era simplemente imposible.

 

Los comentarios no nos hicieron desistir, así que  fuimos a hablar con los dueños de atracciones Galicia, les preguntamos cuanto nos cobraban por venir a la feria de Xochicalco  nos dijeron que no cobrarían nada sólo era necesario el permiso para su instalación.  También comenzamos a platicar con algunos de los mayordomos, entre ellos estaba Marcos Ajuech, y hablamos con el  entonces Presidente Municipal Salomón Cortés Tecante, a quien le explicamos que pretendíamos hacer una feria en Xochicalco, advirtiéndole que íbamos a ver si funcionaba, no le garantizábamos ningún éxito.

 

Agustín Flores Ramírez se encargó  de organizar las carreras a pie, se le encomendó conseguir a las madrinas de los corredores y de convocar a los clubes de Xochicalco y Axocomanitla, entre los que se realizarían las competencias a partir de las doce del día del 23 de junio de 1963. En este acto la madrina impondría la banda al competidor, mientras que ellos, en un gesto de agradecimiento entregarían una palangana con fruta a su madrina”.

 

José Luis Portillo Xochicale, mejor conocido como “El pato Portillo” estuvo a cargo de las peleas de box, se programaron para las tres de la tarde de mismo domingo, los contrincantes fueron boxeadores del Club Xochicalco, quienes se enfrentarían a los temibles púgiles del club San Francisco del Estado de México.

 

¡Ah ¡pero hacía falta algo muy importante ¿Cómo iba a haber una feria sin baile? Así que invitamos al grupo “Los alegres de Camargo” del que era integrante el señor Eduardo Rodríguez.

Juan Cirio se dio a la tarea de conseguir un aparato de sonido, para ello, se entrevista con Tomás Álvarez quien le vendió uno que consistía en un amplificador de bulbos, una bocina y un micrófono, que fue pagando poco a poco.

 

Además en el programa invitaban a la gran kermesse y entraron en funcionamiento las atracciones Galicia. La rueda de la fortuna y los caballitos fueron el atractivo de chicos y grandes. La primera feria duró dos o tres días.

 

En 2023 se cumplieron 60 años de la celebración de la feria.

 

En 2013 -hace diez años- los mayordomos en turno develaron una placa que fue donada por el periodista Francisco Hernández Reyes, se encuentra en el interior de la iglesia y distribuyeron un folleto que narraba este acontecimiento.

 

Por otra parte, Juan Cirio -quien falleció hace poco- conservaba el programa original que se imprimió en 1963.

 

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